Los Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) constituyen una de las más prometedoras herramientas para el completo aprovechamiento de las actuales superficies de laboreo agrícola, como se puede extraer del informe recientemente publicado por la consultora PG Economics Limited: “Impacto ambiental y socio-económico de nueve años de cultivos MG” ( http://www.pgeconomics.co.uk/ ). A pesar de la visión parcial e interesada que han ofrecido determinados grupos en contra de la tecnología de MG desde la introducción a principios de los noventa de las primeras variedades transgénicas, dicho informe evidencia un radical detrimento en el uso de compuestos químicos como los pesticidas (-172 millones de Kgs), además de su potencial para la mejora medioambiental a través de la disminución de la superficie destinada a cultivo mediante el incremento del rendimiento de las cosechas. Además, en estos cultivos se observa una disminución en la emisión de gases de efecto invernadero. De hecho, en los casos en los que se ha optado por cultivos resistentes a insectos, como ha ocurrido de forma masiva en la agricultura china, la incidencia de envenenamientos de agricultores por el uso de pesticidas tóxicos se han reducido de manera drástica.
Un paso importante de cara a la normalización de la tecnología MG en Europa, es el paulatino cambio de posición de algunos gobiernos después de que uno de los países europeos más radicales en contra de estos cultivos, el danés, manifestase recientemente su intención de empezar a utilizarlos. En palabras de su Ministro de Medioambiente, Connie Hedegaard, “no podemos permitirnos desechar esta tecnología sólo porque es nueva y no la entendemos”.
Los alimentos nutracéuticos y la utilización de OGM para la producción de compuestos de interés farmacológico, como anticuerpos recombinantes, son algunos ejemplos de los nuevos productos desarrollados como aplicaciones de la tecnología MG. Esta entrevista experimental nace del dialogo ente dos de los principales expertos en el campo de la Biotecnología Vegetal de nuestro país para ofrecer un completo vistazo en la aplicación de la tecnología MG en esta última aplicación. La Dra. Isabel Díaz del Dpto. de Biotecnología y Centro de Investigación de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid, y miembro del Comité Editorial de BioJournal, charló con uno de los científicos más importantes en el desarrollo de esta tecnología, Paul Christou.
El Dr. Christou, de origen mediterráneo, comenzó su carrera científica en la Universidad de Londres, donde realizó su Doctorado, trasladándose posteriormente a los EEUU donde fue uno de los pioneros en el desarrollo de la tecnología de bombardeo de micropartículas para la transferencia de DNA en plantas. Tras 10 años en el prestigioso Centro de Investigación John Innes en el Reino Unido como Investigador principal de un grupo formado por más de 40 personas en la Unidad de Biotecnología Molecular (UBM), asumió la subdirección del Instituto Fraunhofer para la Biología Molecular y Biotecnología Aplicada en Schmallenberg, Alemania. Actualmente, tenemos el placer de contar con su presencia entre los más destacados científicos de nuestro país tras su reciente incorporación al ICREA en la Universidad de Lleida. Una de sus principales líneas de investigación se centra en la producción de compuestos de interés farmacéutico en OGM enmarcado en el importante proyecto europeo “Molecular Pharming”. Mediante esta tecnología podrían obtenerse moléculas activas frente un amplio espectro de patologías como SIDA, tuberculosis o diabetes, además de vacunas comestibles para infecciones intestinales responsables anualmente de importantes tasas de mortalidad infantil en países en vías de desarrollo.
El término “OMG”, aunque simple en concepto es complejo en contenido e implica años de investigación, desarrollo y diseño de nuevas tecnologías, así como grandes esfuerzos por complementar las técnicas de cultivo tradicionales. ¿Cuál es tu definición de Planta transgénica?.
Cualquier planta que contiene un fragmento de DNA que no está en su genoma original, y el cual puede expresarse confiriendo nuevas propiedades a la planta.
Tras la tecnología MG se esconden grandes esfuerzos tanto económicos como intelectuales y de personal, desde los primeros pasos de su desarrollo hasta los férreos controles previos a una posible comercialización de los OMGs. Los compuestos farmacéuticos constituyen una gran oportunidad para mejorar el desconocimiento social, pero, ¿Cuáles son las ventajas del uso de las plantas como biofactorías frente a los métodos microbiológicos tradicionales o el cultivo de células eucariotas?
Las plantas presentan un gran potencial como sistema alternativo para la producción de compuestos farmacéuticos destinados al consumo humano. Poseen tejidos y órganos de reserva específicos, como las semillas de cereales que constituyen un ambiente idóneo para la conservación de las proteínas, disminuyendo de este modo los enormes costos derivados de las estrictas condiciones de almacenamiento que requieren actualmente. Mi grupo, entre otros, ha demostrado que las proteínas permanecen activas durante largos períodos de tiempo a pesar del almacenaje de las semillas a temperatura ambiente. Las plantas transgénicas resultan más baratas y seguras que los microorganismos recombinantes o los animales transgénicos de cara a su uso como biofactorías, siendo su metodología de transferencia génica más efectiva. Además, las moléculas farmacéuticas activas necesitan complejas modificaciones post-traduccionales que pueden tener lugar en las plantas, mientras que muchas de las vías metabólicas necesarias están ausentes en microorganismos.
Los OMGs deben pasar por una evaluación equivalente a la de los fármacos antes de su comercialización, hecho que no ocurre con otros alimentos. Este procedimiento general asegura la total confianza de estos productos, ¿ocurre lo mismo en el caso de los compuestos farmacéuticos obtenidos en OMGs?.
La tecnología MG es el sistema agrícola más seguro en la actualidad. Desde los albores de la agricultura, el ser humano ha mejorado los cultivos de forma vasta mediante el cruzamiento de las variedades más atractivas. Sólo hay que fijarse en el maíz comercializado en nuestros supermercados y su ancestro mejicano, el Teosinte , para darse cuenta de que son totalmente diferentes. La tecnología MG permite una mejora más fina y un completo seguimiento de la seguridad del producto. Todo el mundo debería saber que nunca han comido algo tan evaluado como los OMGs. En este contexto de seguridad, las moléculas de interés farmacológico deben pasar por un doble proceso de evaluación, el control de los OMGs que las producen y los ensayos clínicos de dichas moléculas. En mi opinión, esta aproximación combinada debería ser suficiente para tranquilizar la oposición pública frente a la tecnología MG.
La tecnología MG fue desarrollada de manera sustancial por países europeos pero en la actualidad su explotación económica tiene lugar en USA, Argentina, Brasil y países asiáticos, presentando algunos de estos últimos las más florecientes economías en nuestros días como China e India. De hecho, los países europeos están obligados por tratados de comercio internacionales a la compra de productos agrícolas a países productores de OMGs. ¿Podrían ser las biofactorías vegetales una ocasión perfecta para que Europa recupere el liderazgo en la aplicación de esta tecnología?.
Hasta el momento, esta es una guerra perdida para Europa. Los gobiernos están muy lejos de conseguir una comprensión y aceptación completa de la tecnología MG por parte de la sociedad. Soy bastante pesimista ante la posibilidad de cambios substanciales en un futuro, incluso a pesar de las pequeñas muestras de cambio de opinión del gobierno danés. La unión Europea debe incrementar sus esfuerzos para transmitirle a sus ciudadanos que la tecnología MG está aquí para quedarse y constituye una potente herramienta para la mejora de la agricultura moderna y las biofactorías en un contexto de respeto medioambiental. La principal limitación para esta aceptación es la carencia de necesidad de alimentos en los países europeos, donde están los países más ricos y con economías más fuertes. De todos modos, aunque Europa no es un productor de OMGs, con excepciones puntuales, en 10 o 15 años importaremos OMGs de América del Sur o de países asiáticos y los ciudadanos europeos vestirán ropa china confeccionada con algodón transgénico.
España es uno de los países con menor inversión en Ciencia de la Unión Europea. Sin embargo, un científico de tu categoría tras haber pasado por algunos de los centros de investigación más prestigiosos del mundo se ha trasladado aquí para continuar con tu trabajo. ¿Crees que este país aceptará en un futuro próximo la tecnología MG?.
España sigue liderando la superficie cultivada en la Unión Europea con unas 53.000 hectáreas de maíces-Bt sembradas en 2005, cultivo que también se sembró durante el pasado año en Alemania, Portugal, Francia y la República Checa. No obstante, España es el único país europeo en el que la biotecnología vegetal tiene importancia comercial. Como sabes, los agricultores españoles están cultivando maíz Bt con fines comerciales, lo que es una señal clave del temperamento progresista del gobierno español y señalando a una profunda confianza en nuestra actividad científica. Este ambiente es muy confortable de cara a alcanzar nuestros objetivos en investigación, lejos de la prensa sensacionalista en países del entorno como Reino Unido cuya información es claramente tendenciosa en contra de los OMGs. Esta posición confiere una ventaja futura a España en la explotación de la tecnología MG. Cabe destacar, el gran esfuerzo realizado por los principales grupos de investigación españoles en el informe público para un entendimiento claro de sus investigaciones y logros apoyado por una conducta informativa de la prensa responsable.